Les pesaba el rojo, no los representaba en lo absoluto. Les recordaba todo el tiempo esa lucha que se desarrollaba en sus propias narices.
De algún modo estoy seguro de que lo empezaron a entender el primer día que no encontraron la docilidad de siempre, ese día estoy convencido de que el rojo les empezó a picar en los ojos.
Ahora su significación histórica se hacía presente y se volvía una molestia cotidiana. Casi tanto como la voz de los que nunca se habían podido hacer oír y ahora gritaban.
Reclamaban derechos derechos que les habían robado y que tuvieron que devolverles. Indigna pensar a veces que eso es cotidiano.
Había que sin dudas hacer algo con aquello que rompía la impunidad conseguida con tanto esfuerzo. Se tuvieron que ir esos que hacían ruido y volvían el rojo insoportable de mirar. Porque ahora si que significaba algo. Algo que los alarmaba porque sabían y saben mejor que nadie lo peligrosa que es la conciencia de esos, porque se contagia
Se notaba que les pesaba el rojo porque representa la lucha de los trabajadores por liberarse de la opresión, y eso, eso los asusta muchísimo
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