Mi encuentro conmigo....

Me voy durante días, desaparezco de acá y cuando vuelvo, aparezco con unos planteos rarísimos que nadie quiere leer... (Justo hoy me agarraron ganas de escribir, justo hoy que mañana rindo [pelotudo importante me dicen])

Y sabes que... que me he construido un disfraz un lindo disfraz de persona, con ropita, perfumito, pelito de vez en cuando, y hasta con personalidad. Pero te cuento algo, ese no soy yo en realidad, y no es que sea falso o viva con un personaje, pasa que construí una manera de ser más humana, menos impulsiva, pulsional, bestial. Soy yo, negarlo sería una hipocresía, pero es un yo filtrado. 

Mira, te puede sonar raro pero es un hecho que es bastante pesadito andar así por la vida de lo mas campante pero vistiendo una ropa que no siempre te queda bien, pero que sin embargo tenés que usar. 

Ya me imagino tu pregunta, ¿porque tenés que usarla?, te contesto los mas franco que me sale, la tengo que usar porque este traje empezó como un escudo. Durante un tiempo no necesite ese escudo, pero lo trunque en una mentira, adornada, bonita pero poco creíble, sin embargo duro unos meses. Después esa mentira se pudrió como pasa casi siempre con las mentiras y pasó algo que no esperaba. Se desataron algunos sentimientos que estaban agazapados, esperando el momento. Y apareció el altanero, sádico. Qué bien que se sentía usar las palabras como armas, y cuanto aprendí a usarlas! Dibujar sonrisas para borrarlas de un plumazo y ver el espanto en los ojos ajenos, dulce... muy dulce. Pero me frené, al borde de todo eso que conocía, quedé suspendido en un lugar jodido. Y fue en ese momento en el cual me acorde de ese caparazón transformado y me puse a remendarlo, le agregue un poquito de brillantina, algún que otro color, mucho optimismo, sobradas sonrisas, a las palabras las enfunde y las deje a mano, pero ya sin filo, mientras pudiera evitarlo. Y arme este disfraz, ese que sale a la calle que anda por la vida tarareando. Que siempre tiene una palabra de aliento, para el que los problemas propios no interesan y se desvive por los ajenos.

Relájese, veo en sus ojos un resquemor, no tiene porque tenerlo. Ese traje es una parte tan mía como esta que lee en este blog solo que, es la parte civilizada. Comprenda que no es que mienta, no es que engañe, entienda que me hace tan bien servirles a los demás, que lo mío se vuelve accesorio. 

Igualmente le cuento un secreto, a veces y con algunos desafortunados me doy el gusto de ser como soy, aunque ellos ni se enteran...