Llorando amargas lagrimas pasaste por aquel arco, no miraste a la suerte que te invitaba a acompañarla. Solo el silencio quiso seguir a tu lado, no había espasmos ni convulsiones, no respiraciones entrecortadas, solo tus lagrimas resbalando y yendo a morir al suelo.
En algún lugar tenes que frenar, pensar a donde querés que llegue todo esto, pero eso no te preocupa ahora solo necesitas irte lejos, a donde tus pies te lleven. Ya no esperas nada, solo el silencio que te acompaña, entre el ruido de un mundo que amanece vos tenes silencio, porque el mundo es ajeno a lo que te pasa. Nadie puede sacar de vos lo que no querés que salga, y sin embargo sin querer se escapan algunos rayos de luz.
Y esas lagrimas siguen cayendo, y tu alma no se siente mas liviana, porque no solo lloras este nuevo dolor, sino que lloras los de otros. Desgarras tu corazón cuando los ves sufrir, te queda tan grande parecer inhumano, ese traje es demasiado chico para lo que sos.
Quizás te pierdas ahogándote entre el humo gris confundiendo la nebulosa de aquello que te atormenta entre el aire viciado.
Tal vez mañana despiertes entre resaca y tos y no te sientas vacío, tal vez despiertes entre brazos fríos para intentar no temblar, tal vez entre la bruma aquellos fantasmas se alejen y las pesadillas puedan dormir de una vez.