Casi como si fuese necesario repetir una obviedad escribiste en la pared aquella frase, lapidaria, triste. La escribiste para no olvidarlo, para recordarte que la realidad, eso que se construye todos los días y que sin embargo en algún sentido es sanción de la negativa de un posible tan lejano como lo que es y no alcanzas a ver claro, no está preparada para decirte que si. Y ella tampoco, y nunca lo va a estar.
La habitación tiene un color que no tenes ganas de nombrar, como no la nombras a ella sabiendo que en cada repetición se presenta de nuevo lo imposible y con eso ella, que no esta y no va a estar nunca. Sentado en la cama, con algo en la mano que es menos que una cosa pero más que el aire, la ilusión. La apretas fuerte contra tu palma esperando que se esfume en el próximo segundo pero no, no va a ir a ningún lado.
Patética descripción de una patética escena que sin embargo puede ser muchas veces representada, un fulano en un lugar vacío esperando lo inprobable y deseando que no lo fuera tanto. Está tan trillado que aburre pero a pesar de eso vos estas es tu lugar de fulano esperando lo improbable. Miras la frase escrita y el alivio te asiste, no es una reconfortante situación ni esta cerca de serlo y sin embargo es lo mejor que te paso en la noche.
La viste otra vez desde cerca estando lejos, a kilómetros de distancia. Te alcanzó para varias horas de imposibles y un rato de frustración, ella nunca se enteró de eso porque no tenes más que un lugar de reparto en su vida.
Pensas en muchas cosas cuando la pensas, en todas la veces que la viste sabiendo que si haces un esfuerzo podes contar cada una de ellas, recordas el día que hablaron por primera vez y casi cada palabra de esa conversación, tenes presente su risa, sus ojos y su voz. Es enfermo si uno lo piensa desde fuera, pero ese no es un lujo que te podes dar.
Miras de nuevo a la pared y la frase ya no está, la escribiste con agua en la pared clara es por eso que se borró, lo hiciste con la esperanza de que su nombre se borre también y con el se escape también su recuerdo. Eso no pasó, lo que si pasó es el tiempo y ya es hora de dormir y de terminar por hoy con este tipo de cosas.
La habitación tiene un color que no tenes ganas de nombrar, como no la nombras a ella sabiendo que en cada repetición se presenta de nuevo lo imposible y con eso ella, que no esta y no va a estar nunca. Sentado en la cama, con algo en la mano que es menos que una cosa pero más que el aire, la ilusión. La apretas fuerte contra tu palma esperando que se esfume en el próximo segundo pero no, no va a ir a ningún lado.
Patética descripción de una patética escena que sin embargo puede ser muchas veces representada, un fulano en un lugar vacío esperando lo inprobable y deseando que no lo fuera tanto. Está tan trillado que aburre pero a pesar de eso vos estas es tu lugar de fulano esperando lo improbable. Miras la frase escrita y el alivio te asiste, no es una reconfortante situación ni esta cerca de serlo y sin embargo es lo mejor que te paso en la noche.
La viste otra vez desde cerca estando lejos, a kilómetros de distancia. Te alcanzó para varias horas de imposibles y un rato de frustración, ella nunca se enteró de eso porque no tenes más que un lugar de reparto en su vida.
Pensas en muchas cosas cuando la pensas, en todas la veces que la viste sabiendo que si haces un esfuerzo podes contar cada una de ellas, recordas el día que hablaron por primera vez y casi cada palabra de esa conversación, tenes presente su risa, sus ojos y su voz. Es enfermo si uno lo piensa desde fuera, pero ese no es un lujo que te podes dar.
Miras de nuevo a la pared y la frase ya no está, la escribiste con agua en la pared clara es por eso que se borró, lo hiciste con la esperanza de que su nombre se borre también y con el se escape también su recuerdo. Eso no pasó, lo que si pasó es el tiempo y ya es hora de dormir y de terminar por hoy con este tipo de cosas.
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