Una duda cruza la habitación y se estampa contra el vidrio de la sucia ventana,
no se sabe si afuera llueve o no.
Suenan dos aplausos, solamente dos aplausos y se apagan.
Alguno que no soporta demasiado eso se levanta incomodo, el silencio se le pega a la espalda.
Una luz se filtra por la pared, una tos fuera de lugar.
Alguien, que no es nadie, junta valor.
Pisadas en la quietud, fantasía de hacer en el vacío.