Encendió un cigarrillo, y mientras el humo visitaba sus pulmones cerro los ojos y sonrío. Inexplicablemente podía sonreír, ella no le había robado lo mejor de si, por lo menos no todo. Y ahí, en esas pitadas que daba con gusto a aquel funesto compañero comenzó a darse cuenta de que no era para el.
No era para el esa enfermiza relación que denominaba noviazgo, no era para el eso de correr detrás de ella, ella no era para el, ese tipo de planteos no eran para el, su manera idiota de ser desde que la había conocido no era para el.
Se preguntó si la amaba, si alguna vez la había amado o si realmente solo fue un fulgor extraño. Quizás solo eso era lo que experimentó, el destello de unos ojos, el cariño que tanto le había hecho falta y que ella parecía querer darle. No, él sabía que durante un tiempo el amor lo había guiado, por amor dejo mucho, se alejo de tanto, pero a pesar de eso, nada le aseguró la felicidad. Ni la sumisión(aunque a su orgullo le doliera era la realidad), ni las incontables palabras que de su boca salían o que sus manos dibujaban en papel, ni el hacer hasta lo que no quería por ella, ni las lagrimas, ni los gestos, alcanzaron para demostrar jamas aquello que el supo sentir, antes, antes de que todo se transformara en una pantomima de felicidad fingida, antes de actuar sonrisas y ensayar besos.
El segundo cigarrillo se poso en sus labios, mientras su mirada se perdía en el horizonte. Un puñado de años llevaba vividos, no tenia porque soportar eso. Lo peor, lo peor era que le habían advertido que si hacía las cosas así, el desenlace no era otro que aquel, pero el no entendía razones cuando quería, se volvía y aun hoy se vuelve tan obtuso que es imposible mantener conversaciones coherentes con el.
Exhalando lo último del humo se levantó decidido, las cosas tomarían un nuevo rumbo.......